Habíamos quedado en juntarnos a las 10 am en el taller de Willi Motos. Se fueron juntando las motos, se llenó la vereda, la explanada del taller, y también parte de la del supermercado vecino. Con un clima espectacular, se juntaron casi 30 motos, a cual de ellas mas espectacular, y los curiosos, clientes del supermercado y vecinos se paseaban entre las motos a sacar fotos y preguntar.
Luego de una introducción de Willi al grupo sobre el trayecto que seguiríamos y las paradas de enlace previstas, salimos por la rambla del Buceo rumbo a los accesos. Primera parada, al fin de la rambla portuaria para agruparnos, pues los semáforos y el tránsito nos habían separado en varios grupos mas pequeños.
De ahi tomando ruta 5 hasta el parque Artigas pasando Canelones, donde hicimos una breve segunda parada de una mañana que había arrancado soleada y muy calurosa. Mientras que un par de motociclistas tuvieron que salir a darle "caza" a otra moto, que un poco mas rezagada, no se había percatado de nuestra entrada al parque, pudimos compartir, bajo el follaje de los árboles, el primer momento "intimo" del grupo donde, sin curiosos de por medio, tuvimos el privilegio de disfrutar de la primera charla con los amigos, la tranquilidad, la sombra refrescante de los árboles. Después de un corto descanso, continuamos unos 20 km mas hasta llegar a la represa de Paso Severino.
Primera sorpresa del dia, un espejo de agua fresca nos invitaba al baño, pero solo los mas previsores o experientes, habían colocado en su equipaje un traje de baño. Los demás, sentados a la sombra, solo pudimos envidiar a quienes pudieron disfrutar un merecido alivio al terrible calor que hacia sobre el mediodía.
Sobre las 2 de la tarde, mas que la hora, el hambre y la sed nos indicaron que debíamos continuar hasta la bodega, donde la familia Filgueira, contactada previamente por el RRPP del grupo,Ricardo Deluca, nos tenía preparado un agasajo. Una vez que logramos dar con al bodega (no sin dificultad...), nos encontramos con el hijo del Dr. Filgueira y el experiente personal de la bodega, que nos recibieron con una cordialidad y sencillez tal, que hicieron que todos nos sintiéramos inmediatamente como en casa.
Junto con las primeras empanadas, y mientras degustábamos sus excelentes vinos, llegó el momento mas esperado del dia, la reunión del grupo, en un ambiente distendido, que supimos disfrutar, atendidos por las lindas chicas, un experiente asador y el siempre dispuesto enólogo de la bodega.
Llegaron el cordero, los planes de próximas salidas y la visita a la cava, cuando alrededor de las 16.30 y en pocos minutos, el sol reinante desapareció, y se levantó un fuerte viento seguido de abundante lluvia.
Aunque anunciada, solo unos pocos tomaron la decisión de partir antes. Del resto, algunos partieron en plena tormenta con sus trajes de agua puestos (se incluye quien escribe estas líneas) y otros, que optaron por aceptar la invitación de Filgueira, y pasar a la sala de la casa, conocer la historia de la bodega, y hacer tiempo para permitir que mejorara el clima.
Fue de esta manera simple, que hicimos honor al nombre con que dimos en llamar a este grupo de amigos amantes de las motos, y disfrutamos un excelente dia de camaradería y amistad, en el que todos salimos por lo menos con un nuevo amigo.
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